Carmen Aguirre González

El haber sido invitada a integrarme a formar “El Círculo Sagrado de Mujeres”, me colma de alegría y expectativas. Siento que desde el centro de este Círculo, brota una energía poderosa que nos arrastra al unísono. Son nuestras almas unidas en un solo propósito, como un coro de voces alborotadas, en busca de la comprensión, el entendimiento, la tolerancia, el amor, la paz…

He pensado en presentarme y me digo ¿qué puedo decir? Mi nombre es Carmen, eso es así y mis apellidos: Aguirre González. Y ahí me quedo, porque desde que nací en el año 1945, -sólo ayer-. Sí, porque desde ese ayer, es que me estoy creando, y para presentarme sólo atino a decir que soy Carmen, la que se forja día a día.

Soy un ser inacabado, con un alma eterna en busca de su cometido. Como todos mientras vivimos, algunos conscientes de su proceso, y otros no tanto, pero estamos en lo mismo. En este devenir, me he casado dos veces. Del primer matrimonio tengo un hijo, Alejandro, que me ha dado dos nietos. Hace treinta tres años que estoy casada con Patricio, hemos tenido dos hijos, Daniela, que es madre de Joaquín, mi nieto número tres y Javier, quien se prepara para este tránsito de la vida en la universidad.

Un día conocí la esencia de las flores, y el poder que de ellas emana. Ellas me han dado la luz que me permite decir que soy feliz, que mi alma busca su camino en paz.
Ahora me dedico a eso, como Terapeuta Floral, a que otros las conozcan y puedan llegar a ser felices. Me desarrollo como voluntaria en la Corporación para el cáncer de mama YO MUJER.

Finalmente quiero agregar, que me es muy difícil decir quien soy, cuando sólo estoy tratando de ser…

¿Qué te evoca la frase, Circulo Sagrado de Mujeres?
La frase Círculo Sagrado de Mujeres. Me habla de conexión, de encuentro y de rencuentro de principio y eternidad por lo de círculo. Sagrado por nuestra esencia y espiritualidad.

Con que relacionas la siguiente frase: “Redes de apoyo entre mujeres”
Redes de apoyo entre mujeres, me dice que nosotras estamos relacionadas por la esencia de nuestro género, y que si por la cultura de las diferentes etnias nos vemos confrontadas, estas redes de apoyo estarían para recuperarnos y protegernos.

¿Qué es lo que hoy las mujeres no debemos olvidar?
A veces percibo cierto rechazo a nuestra propia feminidad. Considero que es muy importante tener conciencia que el ser mujer, es lo que nos distingue del otro género, y debemos reconocer que en nuestra propia naturaleza, está la grandeza de nuestro aporte a la otra mitad de la humanidad.

¿Cuál es tu herencia más preciada?
La cualidad de ser matriz para la encarnación de nuevos seres.

¿Si fueras una mariposa, cual sería tu mensaje para nosotras?
Que el color, la alegría y el revoloteo de mis alas, sean portadores de amor, que es la fuerza que nos puede llenar de paz, armonía y comprensión.

¿Qué representas las flores en tu vida?
Las flores me llenan de gozo. Su colorido, aroma, vitalidad me transmiten vida, me complementan, y me integran y energizan.

Si fueras una sembradora. ¿De qué semillas estaría llena tu bolsa?
De semillas que germinen de alegría, amor, intuición, semillas que abran senderos amplios, para caminar todos unidos por el mismo propósito. La Paz.

¿Qué representa en tu vida la amistad?
Para mí la amistad surge como un brote. El brote reconoce si la tierra es propicia, y si el ambiente le da acogida para desarrollarse. Una vez que se siente bien crece, echa raíces y prolifera.

¿Qué es lo sagrado en ti?
Sagrado es lo que me une a la Divinidad, la conexión espiritual entre lo divino y lo humano. En mí lo sagrado está en el amor, en los valores como la lealtad, fidelidad, amistad.

¿Con qué asocias los siguientes colores?
Rojo: sangre, vida
Verde: naturaleza, vida
Morado: berenjena, vegetal, vida
Negro: nada, sin color, sin vida
Blanco: Luz, vida
Azul: Cielo

Nos podrias regalar un mensaje al Circulo Sagrado de Mujeres…
“Dos semillas no pueden relacionarse, están cerradas. Dos flores sí pueden relacionarse; están abiertas, pueden ofrecerse su fragancia mutuamente, pueden bailar al mismo sol y al mismo viento, pueden tener un diálogo, pueden susurrar. Pero eso no es posible para dos semillas. Las semillas están completamente cerradas, sin ventanas, ¿cómo se van a relacionar?
Y esa es la situación. Cuando la mujer nace es una semilla; puede llegar a ser una flor, puede que no. Todo depende de ti, de lo que hagas contigo misma; todo depende de si crees o no. Es tu elección, y hay que afrontar la elección a cada momento; cada momento estás en la encrucijada.” (“El libro de la mujer” Osho)

Nombre: Carmen Aguirre González
Mail: carmenag@vtr.net